La depresión se define en general por sus síntomas que pueden parecer enfermedades somáticas (dolores, cansancio, etc.)
La clasificación más clásica distingue tres clases de síntomas:
Cognitivos.
Afectivos.
Motores o conductuales.
Un elemento importante a destacar es la tríada depresiva: pensamientos negativos acerca del yo, el mundo y el futuro.
Clases de depresión
El DSM-IV da pautas que distinguen diversas formas de depresión en función de su gravedad, duración, síntomas, etc.
Desde el episodio depresivo agudo hasta los trastornos distímicos que tienen más que ver con trastornos de personalidad.
Trastorno depresivo mayor.
El DSM-IV expone las características básicas del episodio depresivo mayor de esta forma:
A) Durante al menos 2 SEMANAS, presencia casi diaria de al menos CINCO de los siguientes síntomas, incluyendo el 1) o el 2) necesariamente.
Estado de ánimo deprimido.
Disminución del placer o interés en cualquier actividad.
Aumento o disminución de peso/apetito.
Insomnio o hipersomnio.
Agitación o enlentecimiento psicomotor.
Fatiga o pérdida de energía.
Sentimientos excesivos de inutilidad o culpa.
Problemas de concentración o toma de decisiones.
Ideas recurrentes de muerte o suicidio.
B) Interferencia de los síntomas con el funcionamiento cotidiano.
C) No debido a medicamentos, drogas o una condición médica general (p.ej. hipotiroidismo).
D) No asociado a la pérdida de un ser querido ocurrida hace menos de 2 meses (excepto en casos de marcado deterioro en el funcionamiento)
Otras clasificaciones
Cabe distinguir entre depresión reactiva y depresión endógena, aunque sea una clasificación que ya no se use, a veces todavía se emplea. La depresión reactiva es cuando se conoce la causa que la ha originado, si no se conoce se suele decir que es una depresión endógena.
Análisis funcional
Hay que distinguir lo que es diagnóstico de análisis funcional.
El diagnóstico considera la depresión como una enfermedad con unos síntomas y unas causas, aunque estas casi nunca se mencionan.
El análisis funcional define la conducta problema de forma concreta y explícita y estudia sus relaciones con elementos del contexto personal y social del paciente, en concreto hace hincapié en los antecedentes (próximos y remotos) y los consecuentes y en los pensamientos y sentimientos. Es decir, estudia también los aspectos emocionales, cognitivos y conductuales que se asocian a la conducta problema.
En el análisis funcional influyen de forma determinante la teoría que apliquemos de la depresión. O lo que es lo mismo a través del análisis funcional se han desarrollado algunas teorías que explican la depresión.
Emoción: tristeza y depresión
La tristeza es una emoción que tiene su origen en la pérdida de algo querido y como función la de pedir ayuda. En casos extremos, su duración o intensidad la hace disfuncional y se convierte en patológica y aparece la depresión.
La visión de la depresión desde esta perspectiva permite ver la depresión en lugar de cómo una enfermedad como un problema de aprendizaje manejable. Esto no significa que no pueda haber alguna vez que se dé una depresión debida a una enfermedad que provoque un desequilibrio en los neurotransmisores sin que se dé un cambio en el contexto social. Pero también es cierto que, cuando ha aparecido una depresión, el contexto social cambia, fundamentalmente por los cambios en el comportamiento de la persona y los neurotransmisores se desequilibran para ajustarse a la conducta depresiva de la persona.
Teorías que explican la depresión
Existen varias teorías que intentan dar razones de la depresión:
1. La teoría conductual: como falta de refuerzo.
La depresión se debe a una falta de refuerzos que hace que el que la padece no actúe. Debido a la inactividad el deprimido no encuentra refuerzos en la sociedad y en consecuencia la depresión se perpetúa.
Según esta teoría el tratamiento consiste en una programación de actividades que comienzan a dar al sujeto los refuerzos que necesita. Una vez que comienza se establece una realimentación positiva. Uno de los problema con los que plantea el depresivo es que dice que no tiene fuerzas para hacer nada, que cuando se le cure la depresión y se siente bien es cuando saldrá y hará las cosas que le apetecen. Se trata de plantearle lo contrario, cuando te mueves te refuerzan y te sentirás bien y con más ganas de seguir.
2. La teoría cognitiva: la depresión como resultado de pensamientos inadecuados.
La depresión se debe a una distorsión cognitiva, en la que el depresivo distorsiona la realidad viéndose de forma negativa en la triada cognitiva, el mismo, el mundo y el futuro.
El tratamiento consiste en detectar los pensamientos automáticos negativos de los sujetos y analizarlos y cambiarlos racionalmente. La aportación que se puede dar desde el punto de vista corporal es que las sensaciones que sentimos son debidas a pensamientos automáticos. Cuando pensamos mucho sobre un tema vamos reduciendo el pensamiento de forma que generalizamos y dejamos indicado el contenido y lo único que sentimos es la preparación para actuar que nos deja, es decir, la emoción y la sensación asociada. Se puede analizar de esta forma el pensamiento automático de tal manera que el deprimido ve claramente la relación entre la sensación y el pensamiento, de hecho basta con preguntarle respecto a la sensación para que sepa a que se debe y que es lo que en realidad la sensación le dice. Una vez que se descubre el pensamiento automático a veces se puede desmontar de forma racional, pero otras es preciso hacer algún experimento para comprobar que no responde a la realidad o realizar cambios conductuales para que el paciente para que pueda apreciar la realidad. Uno de los problemas que ocurre con este tipo de pensamientos automáticos es que se confirman a sí mismos. El paciente se siente incapaz de actuar y esto le produce una sensación que le deja tan caído que en efecto no puede actuar.
3. La indefensión aprendida: la incapacidad para poder resolver algún problema.
Asociada con esta está la teoría de la desesperanza. El problema es la pérdida de la esperanza de conseguir los refuerzos que queremos.
4. Teoría biológica.
La depresión, según esta teoría está originada por un desequilibrio de los neurotransmisores. Está demostrado que cuando estamos deprimidos tenemos ese desequilibrio y que cuando tomamos la medicación adecuada, los neurotransmisores se equilibran y nuestro estado de ánimo cambia. Ahora bien, no podemos quedarnos solamente en esta teoría, puesto que si la depresión que tiene es reactiva a una situación, hasta que la situación no se solucione se siguen dando las condiciones para que se perpetúe aunque se tomen antidepresivos.
En realidad se pueden aplicar todas las teorías y explicar los síntomas de la depresión en función de cada una de ellas.
Relación entre la ansiedad y depresión
Se consideran categorías diagnósticas diferentes, pero suelen estar íntimamente relacionadas. La explicación más clara se refiere a la depresión que surge de un intento de solucionar un problema. La solución del problema supone un esfuerzo que genera una ansiedad que se va incrementando a medida que se comprueba que no se puede solucionar el problema. En ese momento aparece la depresión, pero lógicamente no se abandona del todo el intento de solución del problema con lo cual la ansiedad persiste asociada a la depresión.
Cuando se da esta asociación para el tratamiento, se tiene que definir el problema pendiente para poder iniciar el tratamiento psicológico.
Tratamientos
Tratamientos farmacológicos.
Tratamientos cognitivos.
Tratamientos conductuales.
Tratamientos Cognitivo Conductuales
Los modelos cognitivos consideran al hombre un sistema que procesa información del medio antes de emitir una respuesta. El hombre clasifica, evalúa y asigna significado al estímulo en función de su conjunto de experiencias provenientes de la interacción con el medio y de sus creencias, suposiciones, actitudes, visiones del mundo y autovaloraciones.
Beck afirma que en los trastornos emocionales existe una distorsión sistemática en el procesamiento de la información, que produce unos pensamientos irracionales que son la causa de la depresión. Según este modelo, la perturbación emocional depende del potencial de los individuos para percibir negativamente el ambiente y los acontecimientos que les rodean.
Los objetivos a conseguir durante la terapia cognitivo conductual son:
1. Aprender a evaluar las situaciones relevantes de forma realista.
2. Aprender a atender a todos los datos existentes en esas situaciones.
3. Aprender a formular explicaciones racionales alternativas para el resultado de las interacciones.
4. Añade una parte conductual importante con los experimentos conductuales.
Consisten en poner a prueba los supuestos irracionales desadaptativos llevando a cabo comportamientos diferentes de acuerdo con las alternativas racionales que se han generado de manera que proporcionen oportunidades de éxito para un repertorio mas amplio de cara a la interacción con otras personas y a la resolución de problemas.
Se usarán técnicas cognitivas y conductuales. En las primeras fases del tratamiento se suelen emplear técnicas conductuales a fin de acercarse al nivel de funcionamiento que tenía el paciente antes de la depresión. Conseguido esto se van utilizando un mayor número de técnicas cognitivas que requieren un razonamiento abstracto y que van a servir como acceso a la organización cognitiva del paciente, para buscar distorsiones cognitivas base en los pensamientos negativos y automáticos.
Entre las técnicas conductuales podemos reseñar: la programación de actividades y asignación de tareas graduales, la práctica cognitiva y el entrenamiento asertivo. En las técnicas cognitivas destacamos en entrenamiento en observación y registro de cogniciones, demostrar al paciente la relación entre cognición, afecto y conducta, etc.
La intervención irá completada de técnicas de reatribución y para modificar imágenes, así como de distintos procedimientos para aliviar los síntomas afectivos.
Psicoterapia Interpersonal para la depresión
Trata la depresión como una enfermedad asociada a una disfunción en las relaciones personales.
Las disfunciones que tiene en cuenta son:
Duelo. Se trata de asumir una pérdida.
Disputas de papeles. Por discusiones en la pareja o con los padres o con los hijos. El problema puede ser por falta de habilidades para conseguir lo que quiere o por tener las expectativas demasiado altas o que no coinciden en la pareja.
Transición en el rol social. Puede ser en el trabajo cuando se cambia de situación tanto por una promoción como por pasar al paro.
Déficit interpersonal. Se manifiesta en aislamiento social.
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